domingo, septiembre 08, 2013

Sobre ser buenos

Investigación publicada hace unas semanas:

El voluntariado puede hacerlo más feliz y ayudarlo a vivir más. Investigadores de la Universidad de Exeter encontraron que entre los voluntarios hay menos niveles de depresión, un incremento del bienestar y una reducción del 22 % en las posibilidades de morir en los próximos siete años.

Séneca, hace casi dos mil años:
Todo el mundo, cuando ayuda a otro, se ayuda a sí mismo, y no lo digo por aquello de que quien ha sido socorrido está dispuesto a socorrer y quien ha sido defendido está dispuesto a proteger, no por aquello de que el buen ejemplo da un rodeo y regresa a quien lo ha dado (del mismo modo que el mal ejemplo repercute en sus autores, y no reciben compasión alguna quienes sufren perjuicios que ellos con sus actos habían mostrado que se pueden causar). No, lo digo porque el precio de todas las virtudes se encuentra en ellas mismas. En verdad, no se practican por el premio: la recompensa por obrar correctamente es haber obrado correctamente.

domingo, abril 21, 2013

El deber de los escritores



Leyendo a Zadie Smith, su ensayo "Fail better". 

For writers have only one duty, as I see it: the duty to express accurately their way of being in the world. If that sounds woolly and imprecise, I apologise. Writing is not a science, and I am speaking to you in the only terms I have to describe what it is I persistently aim for (yet fail to achieve) when I sit in front of my computer. 

domingo, febrero 24, 2013

Elogio del silencio

Cada día que compro “el País” recuerdo que La Caixa y El Santander son accionistas.  Pero, si todavía te sigue gustando eso de tomarte el café con el periódico desplegado, ¿qué comprar si no en un quiosco de pueblo de provincias? ¿O en un quiosco de capital de España?
Leyendo cuentos de Chejov, copio esta reflexión que me hace recordar lo que contaban algunos supervivientes de campos de concentración, muy distinto a lo que a veces muestran ciertas películas.
“Los desgraciados son egoístas, malévolos, injustos, crueles, y menos capaces de comprenderse mutuamente que los imbéciles. La desgracia no une a las gentes, sino que las separa; y donde parecería natural que el dolor común debiera fundirlas hay mucha más injusticia y crueldad entre ellas que entre las relativamente contentas.”
Y estas palabras  sobre el silencio, tan apropiada para este mundo lleno de verborrea. (Pero no sirve cuando cada guión que entregas debe tener 42 páginas)
“En general, por muy bella y profunda que sea una frase, afecta sólo a los indiferentes, pero no satisface a los felices o desgraciados, porque la expresión más elevada de la felicidad o la desgracia es muy a menudo el silencio. Los amantes se comprenden mejor cuando callan, y un discurso ferviente y apasionado, junto a una tumba, afecta sólo a los extraños. A la viuda y los hijos del finado se les antojará frío y trivial.” 
Y ahora me callo.