martes, noviembre 09, 2010

Facing the sun o el espíritu joseantoniano


Buceando en el archivo de “El País, he encontrado un artículo de Benet que me ha hecho gracia. Habla de un viaje que hizo con Dionisio Ridruejo, creador de la letra del himno falangista, el “ Cara al sol”. En ese viaje visitaron un viejo penal franquista. Aquí un extracto…

"Una vez en el pueblo, para oficiar con un trago de vino la recompensa de aquel guarda que nos permitió la entrada no por la propina, sino por las poderosas razones artísticas e históricas que aducimos para justificar nuestra visita, el hombre nos contó su convencional historia: habiendo sido prisionero republicano y no teniendo donde ir tras cumplir su condena se había quedado en el pueblo, afecto a los servicios del penal por un miserable salario; para luego pasar a guarda. Creo que fue quien explicó que todos los días, antes de la cena, formaban los penitenciarios en el patio y tras el pase de lista eran obligados a entonar los tres himnos y repetir los gritos de rigor. Los himnos eran cantados con tono bajo y con ciertas alteraciones semánticas que respetaban, con todo, la rima; pero invariablemente el apagado murmullo del Cara al sol subía de tono, hasta adquirir un acento entusiasta, un clamor vibrante como entonces se decía, cuando la formación repetía el verso: "Volverán banderas victoriosas". Parece que la circunstancia no pasó inadvertida al director del centro, que pidió una explicación al capellán. "Sin duda", replicó éste, "el espíritu joseantoniano va calando poco a poco en sus almas".

Y buscando una foto que ponerle a este post he dado con una página extranjera que tiene el “Cara al sol” traducido: “Facing the sun in my new shirt”. La verdad es que igual el rock suena mejor en inglés pero a los himnos fascistas les van más las lenguas latinas.

viernes, noviembre 05, 2010

Del oficio de escribir


Sobre la escritura, dos extractos de artículos, uno de Vila-Matas y otro de Kenzaburo Oe:

"Creo que nadie lo ignora. Engañar al propio genio significa nuestra perdición. A las pobres almas falsamente amigas que quieren apartarnos de él habría que dejarles bien claro que uno va a seguir haciendo su voluntad. Y es que - como dicen Andrew Breen – si sucediera, por ejemplo, que para escribir uno necesitara de esa luz excelente que cae desde la izquierda, es inútil decirse que cualquier otra luz es buena. Uno ha de seguir su línea de fortuna y continuar atendiendo al potente lema, Haz tu voluntad, tan en sintonía con una casa siciliana…

 

 Kenzaburo Oe, en su artículo, habla de un libro de Duhamel dirigido a los jóvenes que aspiraban a formar parte del mundo literario: 

“Entonces, joven, vive la vida ante todo. Bebe abundante leche de la ubre de la vida para nutrir tus futuras creaciones. ¿Dices que quieres escribir buenas novelas? Hazme caso entonces y embárcate en algún puerto. Recorre el mundo ganándote el sustento con modestas ocupaciones, y soporta la pobreza. No te apresures a tomar la pluma. Sométete al dolor y al sufrimiento. Aprende con las miles de personas que encuentres a tu paso. Y cuando te doy estos consejos, quiero decir que jamás trates de esquivar la angustia que te ocasionen los demás o las adversidades que tengas que experimentar para hacerlos felices (…) ¿Quieres escribir buenas novelas? ¡Óyeme bien, entonces! Antes que nada, trata de olvidar ese deseo. Emprende un viaje sin pensar en un rumbo fijo. Agudiza la vista, el oído, el olfato y el apetito. Espera con el corazón abierto.

 

Esto último me inquieta. ¿Me hago marinero? ¿Me doy al sufrimiento?